Siente tu cuerpo, en qué posición se encuentra. Ahora piensa en un movimiento e imagínate a tí mismo haciendo ese gesto. Enhorabuena, acabas de activar diferentes áreas en tu cerebro, que también se activan cuando te mueves de verdad.
La imaginería motora, es una representación en el cerebro de un movimiento o postura sin realizar dichos gestos, es decir, simplemente imaginando que realizas un determinado movimiento con tu cuerpo.
Un jugador de golf es capaz de imaginar cómo golpea a la pelota antes de hacerlo o un ciclista puede imaginar cómo sube un puerto de montaña antes de llegar ese momento, sabemos que mejora el rendimiento en atletas. Un cirujano que imagina el procedimiento quirúrgico previamente, tiene un mejor rendimiento sobre su técnica, y también se conoce su utilidad en pacientes neurológicos, mejorando la recuperación motora tras un ictus. Sabemos que imaginar una tarea antes de hacerla mejora su ejecución y los seres humanos, tenemos la capacidad de hacerlo.
Ademas de movimientos, también podemos incluir otras sensaciones como sabores, sonidos, olores e incluso texturas a la hora de imaginar, que pueden tener influencia en la activación cerebral y mejorar el proceso de imaginería motora. Debemos tener en cuenta, que aunque no hay movimiento, habrá cambios en algunas variables como la frecuencia cardiaca o la presión arterial.
Otros aspectos a tener en cuenta, son imaginar la tarea con la mayor realidad posible, incluyendo el tiempo que tardamos, la velocidad a la que se realiza y el entorno en el que nos encontramos, ya que cualquier cambio en el ambiente o en la tarea condiciona la imaginería y su efecto sobre el organismo. También es interesante destacar la importancia de la postura en la que nos encontramos, cuando imaginamos movimientos con nuestro cuerpo. Es decir, si imaginamos que vamos caminando por la playa mientras estamos sentados en una silla, será diferente a imaginarlo mientras hacemos el “pino”.
La imaginería motora es una herramienta útil para estimular el sistema nervioso de una persona, sin llegar a realizar el movimiento real. Esto puede mejorar significativamente la realización de una tarea, incluso aunque no se haya realizado esta tarea previamente.
La actividad de las áreas encargadas del movimiento en el cerebro, es similar entre la observación, imaginación y realización de una acción. La cantidad de activación va en aumento según el orden citado, aunque existe una diferencia muy pequeña.
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