El cáncer de mama sigue siendo el tipo de cáncer más comúnmente diagnosticado en mujeres. Afortunadamente, la tasa de mortalidad en pacientes con cáncer de mama ha descendido un 38%, lo que se traduce en un aumento de mujeres que superan la enfermedad pero que tienen que lidiar con multitud de síntomas y limitaciones funcionales. Uno de los efectos secundarios relacionados con el tratamiento es el linfedema asociado al cáncer de mama (LACM).
¿Qué es el linfedema asociado al cáncer de mama?
El LACM es una inflamación crónica del miembro superior y las zonas cercanas al mismo. Se produce como consecuencia del daño producido en los ganglios linfáticos, ya sea por su extirpación quirúrgica o tratamientos como la radioterapia. De hecho, puede presentarse en hasta un 30% de las supervivientes tras cirugía. El LACM produce en las pacientes incomodidad, dolor, sensación de pesadez, alteración psicosocial y alto riesgo de infección.
¿Pueden las mujeres con LACM realizar ejercicios de fuerza con el brazo afecto?
La respuesta es sí, pueden y deben, y en esta publicación indicaremos los motivos. Sin embargo, en la práctica clínica diaria, se les aconseja evitar actividad intensa con el miembro afecto así como no levantar pesos pesados y evitar actividades repetitivas. Estas pautas generales se hacen para asegurarse que evitamos daño, pero lo ideal es la prescripción de ejercicio personalizado con un fisioterapeuta.
Ante esta contradicción:
1. ¿Qué dice la ciencia más reciente sobre los ejercicios de fuerza en el brazo afecto en mujeres con LACM?
Que es seguro y sin efectos negativos, no aumentando el riesgo de empeoramiento o aparición de LACM. Es más, incluso ha mostrado reducir el riesgo de padecer LACM.
De manera más concreta, el ejercicio de fuerza en las extremidades, supervisado y de manera progresiva, aporta los siguientes beneficios:
- Aumento de la fuerza de los brazos y de la calidad de vida.
- Al tener el brazo con más fuerza, está más preparado para posibles lesiones accidentales, haciendo que cualquier impacto o caída suponga menos “estrés” para el brazo al estar en mejor estado y más preparado para las actividades del día a día.
- Evita atrofias y debilidades que se dan por dejar de darle uso al brazo tras la cirugía.
- Junto con ejercicios de fuerza de las extremidades inferiores, mejora la imagen corporal y reduce el porcentaje de grasa corporal.
Además, este aumento de fuerza se produce incluso en presencia de tratamiento adyuvante y junto con otras modalidades de ejercicio, como el cardiovascular.
2. ¿Y por qué en ocasiones algunos profesionales sanitarios desaconsejan ejercicios de fuerza?
A pesar de los beneficios del entrenamiento de fuerza, en la práctica clínica diaria, a las mujeres que han sido intervenidas de cáncer de mama se les aconseja evitar actividad intensa con el miembro afecto así como no levantar pesos pesados y evitar actividades repetitivas. Estas pautas generales se hacen para asegurarse que evitamos daño, ya que si después del tratamiento no hemos tenido un proceso de rehabilitación guiado por un fisioterapeuta, es muy probable que el brazo se encuentre con menos movilidad y fuerza, y por tanto no esté preparado para esfuerzos, dependiendo de cada paciente. Por todo esto, más que anular la función de nuestro brazo para siempre, lo ideal y más sensato es la prescripción de ejercicio personalizado.
3. ¿Qué debo hacer entonces si me han intervenido de cáncer de mama y tengo linfedema o tengo la posibilidad de padecerlo?
Lo primero, seguir las pautas y cuidados que te han indicado para evitar complicaciones, como las infecciones. Debes cuidar y proteger tu brazo pero sin sobreprotegerlo, ya que el miedo a que empeore o aparezca linfedema puede conducir a una disminución de las capacidades, afectando tu calidad de vida, pudiendo aumentar el sedentarismo y la obesidad. Y precisamente, el sobrepeso, el sedentarismo y la obesidad sí pueden aumentar el riesgo de que aparezca o que empeore. Por lo tanto, comienza por mantenerte activa y tener un estilo de vida saludable si aún no lo haces.
Con respecto a las características del ejercicio de fuerza y cómo realizarlo, se han estudiados ejercicios de grandes grupos musculares del brazo con distinto tipos de peso (cargas leves, moderadas o intensas) y no se han encontrado diferencias en la respuesta inflamatoria y síntomas de las pacientes. Y de todos los estudios llevados a cabo hasta el momento, se concluye que el ejercicio de fuerza es seguro y beneficioso siempre que sea realizado de manera progresiva y supervisada, por lo que se recomienda acudir a un fisioterapeuta que haga una valoración previa para individualizar el ejercicio.
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Para citar este artículo: Roldán-Jiménez C. Ejercicios de fuerza para el brazo en pacientes que han sufrido cáncer de mama. Fisiosaludable 2019 nov;28(7).
